La falta de circulante, y la considerable disminución en el poder adquisitivo de las familias han impulsado no solo ahora si no en el pasado, el crecimiento y la generación de ideas de negocio, que terminan convirtiéndose en emprendimientos.
Estos emprendimientos que al principio empiezan con el único objetivo de ayudar a paliar la falta de circulante en las familias o la perdida del poder adquisitivo, que se revierte en un nivel de vida inferior al deseado o al que se ha tenido en momentos donde no existía recesión.
Basados en estos puntos podemos afirmar que las etapas de recesión han servido y motivado en países donde la libertad económica o el capitalismo han gobernado el crecimiento de pequeños emprendimientos en donde algunos han dado el gran salto e impulsado el desarrollo y recuperación de economías en crisis.
Por todo esto la importancia de los pueblos, ciudadanos y gobiernos de erigir políticas favorables al emprendimiento, crecimiento y generación de nuevos empresarios, para que no sea en momentos de crisis donde las ideas surjan, si no que las políticas económicas adoptadas en determinados países fomente la “imaginación” y creación de nuevos productos, artesanales y o industriales.
Obviar las filosofías capitalistas o socialistas que marcan las contiendas y pugnas por el poder tanto económico como político, y empezar a funcionar en función de una economía nacional, basada en el fomento del bienestar familiar a través de un impulso a las nuevas pequeñas y medianas empresas surgidas por mentes en busca de un nuevo emprendimiento.
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