Los atentados del 25 de Agosto en el Casino Royale en Monterrey (¡Sí!, esos son atentados casi habrían de llamarse terroristas) asestaron un fuerte golpe contra la industria de los juegos en México. El trágico suceso en el que murieron 52 personas ha provocado el cierre de casinos alrededor de todo Monterrey y ha levantado la queja ciudadana en todo México acerca de la seguridad de estos locales los cuales se han convertido en centros de negocio para el crimen organizado.
No se trata de un nuevo hallazgo. Hace 7
años, cuando se legalizaron los casinos en México, varios empresarios y líderes
sociales comentaron que en México el negocio de las apuestas era riesgoso y que
fácilmente se podría convertir en centros operativos de narcotraficantes. Ya
sea como recursos para el lavado del dinero o la extorsión, los casinos son
susceptibles a la presión por parte de estos grupos delictivos.
Ahora, en el 2011, la gente empieza a
exigir el cierre de estos negocios y buscan evitar que sigan proliferando;
aunque claro está, esto es solo un lado de la moneda. Pese al “terror” causado
ante los sucesos del Casino Royale la población regiomontana no ha dejado de
asistir a casinos, solo es necesario pasar por un local de este tipo un fin de
semana para darse cuenta de ello.
Si bien las autoridades aún no han
considerado la clausura de estos negocios, la muerte de estas 52 personas abrió
los ojos a un problema (que de hecho ya habíamos comentado): el correcto
cumplimiento de las normas. Las muertes de aquel incidente se podrían haber
evitado si el Casino hubiera cumplido con las normas y las salidas de
emergencia no hubieran estado bloqueadas (¡O hubieran existido!).
Por lo pronto la Secretaria de
Administración Tributaria ha comenzado a pedir cuentas a los casinos de todo
México; en el último mes se han revisado 3,500 máquinas de apuestas para
verificar su correcto funcionamiento. Por otro lado se ha cancelado el
funcionamiento de las mesas de Blackjack y Ruleta (que de hecho existe un hueco
sobre si eran o no eran legales).
Y por el otro lado, los perdedores serán aquellos
empresarios cuyos casinos sean descubiertos incumpliendo las normas, y claro,
ya hay ganadores. Negocios como el Caliente, Sport Books y Yaks están
recibiendo ofertas para comprar acciones suyas ¿La razón? Tal vez sean los únicos
que podrán seguir ampliando el negocio en los próximos años ante el surgimiento
de leyes más estrictas para el ingreso de nuevas casas de apuestas.
¿Y nosotros?
Ya por último queda comentar si en realidad
queremos Casinos. Los negocios chuecos en los casinos son solo uno de los
problemas. Con la llegada de las casas de apuesta ya ha habido suficientes
casos de gente que lo pierde todo, adicción a las apuestas e incluso suicidios
ante la pérdida de todo el patrimonio. A mí no me interesa ir a apostar ¿Y a
usted?
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