Agustín Carstens, el dirigente del Banco de México (BM) quien este año fue uno de los candidatos a tomar el liderazgo del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha regresado a sus tareas diplomáticas y económicas en México. Esta semana ha declarado que México debería ser más apreciado ante la agencia crediticia Moody’s, una de las empresas internacional con mayor peso en la ponderación de riesgos crediticios internacionales.
De acuerdo a Carstens, México se encuentra en condiciones muy óptimas para el mercado internacional y que sus condiciones de apertura macroeconómcia le confieren estabilidad económica al país volviéndolo así un objetivo valioso para la inversión extranjera. Por ello Agustín Carstens acaba de hacer una solicitud oficial para que la agencia acreditadora le dé una calificación más elevada al país.
Todo esto vino a suceder durante la 12ª junta del organismo en el país, en ella Carstens destacó como es que México ha logrado sobrellevar la crisis y que este año ha empezado a tener un crecimiento considerable entre las nuevas naciones emergentes. Además, México ha sido un país con una gran responsabilidad fiscal y una transparencia pública destacable (aunque esto podría ser cuestionado por organismos dentro del país).
Actualmente la economía mundial se encuentra en un crecimiento lento y pudiera mantenerse así por lo menos hasta el siguiente año, lo cierto es que México en estos momentos presenta un crecimiento más favorable que el promedio y que si lo sabe aprovechar, podría verse beneficiada en este breve periodo.
Claro está, una calificación de Moody’s no significa tanta cosa como muchas veces pensamos, es decir, si México pasara a tener una mejor calificación, en términos crediticios significaría que pasamos de ser “confiables para recibir préstamos” a “muy confiables para recibir préstamos” (lo mismo pasa con su competencia Standard & Poor’s, en pocas palabras, términos algo superfluos).
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