¿Qué es el dinero? Todos los días lo usamos para nuestras
diversas tareas: pagar el transporte público, comprar un café en la cafetería,
dejarle algo de dinero a nuestros hijos para que compren dulces; lo recibimos
al final de la quincena con gusto, pero ¿Cómo podemos definir el dinero? De
hecho una pregunta importante es ¿Por qué el dinero tiene un valor?
El dinero se define como todo objeto que es usado como un
intermediario para el comercio, por lo general deben de ser objetos que posean
un valor generalizado. Antes de que se crearan las monedas y los billetes, el
dinero podían ser granos o gemas, conchas, u otros objetos. Antiguamente las
civilizaciones de Mesoamérica empleaban la semilla del cacao como intermediario
para el comercio.
Y entonces ¿Para qué se
inventó la moneda?
La moneda se inventó para facilitar otras funciones de la
economía: el ahorro, el transporte de riquezas, y la planificación. Es mucho
más fácil realizar cualquier de estas tareas si se emplean monedas metálicas
las cuales son fáciles de almacenar y son duraderas. Pero ¿en qué momento pasa
a tener valor la moneda?
Las primeras monedas datan del siglo VII a.C. y fueron
acuñadas en Lidia, lo que hoy corresponde a Turquía. Estas primeras monedas fueron
de oro y de plata. También fue en Lidia en donde se acuñaron las primeras
monedas estampadas, las cuales poseían grabados distintivos sobre la
civilzación.
En un principio las monedas se acuñaban con metales
preciosos como podía ser el cobre, la plata y el oro; el valor de la moneda
yacía en su propio peso. Sin embargo, esto vino a decaer rápidamente porque las
monedas valiosas tienden a ser despreciadas. Eso aplica aún hasta nuestros días
¿Alguien recuerda las monedas de $100 y $20 pesos que se han visto en los
últimos años? No servían de mucho.
Los gobiernos comenzaron entonces a hacer emisiones de
monedas con un % de oro o plata, y el resto algún metal de menor valor. Estas
monedas respaldaban un “valor en oro” parte yacía en la moneda, y la otra la
retenía el gobierno. Esto permitía emitir un mayor número de monedas y mantener
las reservas de oro en alto. Aunque con el tiempo esta práctica se desecho, y
pasamos a usar monedas de metales poco valiosos: níquel, cobre, o aleaciones
que resultaran ligeras. (¿Alguna vez han tomado una moneda malaya que hasta
parece ficha de Monopoly? )
Después vino un problema más grande: la falsificación de
monedas. Aquellas personas que conocían el arte de la fundición podían acuñar
sus propias monedas y hacer aleaciones las cuales contuvieran menores
porcentajes de oro, plata o cualquier metal. Es entonces cuando la función de
la acuñación de monedas pasaría a ser enteramente de los gobiernos y se
comenzaría a combatir la falsificación de dinero.
Después se inventó el
billete.
Si prestas atención a un billete, verás que tiene la estructura
de un certificado o documento oficial: posee el nombre de una institución, se
señala que ese documento respalda una cantidad de dinero, y hasta viene firmado
por alguna autoridad de la economía nacional. Así es, el billete es meramente
un documento el cual respalda un valor de acuerdo al Banco Local o Nacional.
El billete confiere más ventajas incluso que las monedas, en
primer lugar son mucho más fáciles de transportar, y estos pueden valer mayores
cantidades sin que esto suponga un problema.
Digo bancos locales porque hace unos 80 años todavía era
común que los bancos a niveles estatales emitieran sus propios billetes. Puedes
encontrar billetes del Banco de Zacatecas, del Banco de Jalisco, etcétera. Hoy
en día, por lo general, cada país maneja el mismo “set” de billetes y monedas.
¿Cuánto vale el
dinero?
Pregunta extraña, pero ¿Qué determina el valor de una
moneda? Hacia 1870 el valor de una moneda la determinaba las reservas de oro (o
en algunos casos de plata) que tuviera un país. Entre mayor fueran, su moneda
valía más. Esto hace sentido si uno considera que finalmente eso representa una
moneda o un billete. A este comportamiento se le conocía como patrón oro.
Sin embargo, esto vino a cambiar hacia 1946 después de
firmados los tratados de Bretton Woods, de los que anteriormente les habíamos
platicado. Estos acuerdos establecieron que el valor de una moneda ya no sería
medido en base a las reservas de oro, sino a una balanza libre establecida por
un mercado internacional. Las monedas pasaron a
valer lo que la oferta y la demanda indicaran.
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