El éxito o el fracaso de una entrevista profesional depende
mucho de la imagen que proyectemos, los mismo es cierto en todo tipo de ámbitos
laborales, y de allí surge la necesidad de siempre proyectar una imagen
personal óptima, lo que significa tener un diseño de imagen profesional.
Es importante remarcar que una imagen personal abarca
diversos aspectos, que van desde la higiene personal, tener un corte adecuado
de pelo, las uñas bien arregladas; a cuestiones de vestimenta, tener la ropa
adecuada para el lugar correcto; y finalmente, tener una imagen moral adecuada.
¿Qué tan importante puede ser?
Recuerdan todas esas veces que vemos en la televisión que
tal o cual político no saben presentarse en un auditorio, que su oratoria es
mediocre, o que sencillamente se encuentra metido en escándalos de todo tipo.
Bueno, ese es un ejemplo de cómo el desarrollo de la imagen personal ha
fracasado.
Sin importar si se es una figura pública de gran
importancia, o se está buscando obtener un ascenso dentro del trabajo, es
importante proyectar lo mejor de nosotros. Para lograrlo uno puede acudir a un
asesor de imagen, también conocido como imagologo.
La clave del éxito
No se trata de precisamente crear una imagen ostentosa y
portar camisas de marcas caras, lo importante es comprender ante quienes nos
vamos a presentar y qué es lo que queremos demostrar. Ya lo decían desde hace
muchos años los griegos: el discurso consta de tres partes, el ethos, el pathos
y el logos.
Estos corresponden a la presentación, el modo de decirlo, y
el significado que hay en cada una de las cosas que decimos y hacemos.
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