En ocasiones caemos en el error de creer que el dinero es el
mayor símbolo de la riqueza, pero visto desde la lupa de la economía,
difícilmente esto se puede considerar como cierto. Para explicar esto es
importante primero definir qué es el dinero, y por otro lado qué es la riqueza.
El dinero se puede definir como un producto limitado el cual
se emplea como intermediario para poder realizar actividades comerciales, este
sólo se puede considerar como dinero cuando todas las partes ven un valor
tentativamente igual sobre este bien. Esto hoy en día se encuentra regulado por
los Estados y es así como todos percibimos el valor del dinero como el mismo.
Para saber más te recomendamos nuestro artículo sobre la historia del dinero.
Y bueno, seguramente ahora la pregunta es ¿Qué es la riqueza
entonces? La riqueza es todo aquello que se puede emplear para satisfacer de
forma directa una necesidad, entonces una riqueza puede ser tanto un bien como
un servicio. Cabe señalar que sólo lo llamamos riqueza cuando se incorpora
dentro de un proceso.
Pero la riqueza no surge de la nada, es necesario contar con
recursos para generarla y estos pueden ser:
·
Recursos naturales: Tanto renovables como no
renovables.
·
Provisiones: Capital de trabajo (equipos,
maquinarias, tecnología), Capital de inversión (dinero).
Y ahora sí aquí es donde podemos ver que el dinero no es
propiamente riqueza, es tan solo uno de los recursos que pueden generar
riqueza. Visto de otra manera, el dinero no satisface ninguna necesidad por si
misma, sólo es a través del comercio con el dinero con lo que se puede adquirir
riqueza.
Una razón adicional.
La economía clásica define como un bien a todo aquello que
tiene una disponibilidad limitada, y por ende su demanda nunca podrá ser
satisfecha. Cuando uno adquiere un bien limitado, el valor de los disponibles
en mercado aumenta.
El dinero no desarrolla este comportamiento. El dinero no es
un bien, ni es limitado. La emisión de dinero es algo a lo que los gobiernos
pueden recurrir para suplir la demanda, aunque al hacerlo se disminuye el valor
del resto del dinero circulante. Pero el comportamiento más anómalo es el
destruir dinero, al hacerlo el valor del resto del dinero circulante aumenta.
En cualquier otro caso, si usted destruye un bien personal,
el de los demás no pasará a valer más.
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