Uno de los
paradigmas sobre crear nuevos productos es si estos deben de atender una
necesidad, o crear una necesidad. La teoría dice que el éxito está en atender
una necesidad, pero cuando uno mira alrededor se pregunta si en realidad es
siempre así. Tomaré un ejemplo sencillo: mi padre. Mi estimado siempre comenta
que no ve la necesidad de tantos aparatos como smartphones o iPads, que
aunque la gente diga maravillas de ellos y que comenten que son “muy útiles”
para el trabajo, él no deja de ver a los consumidores hacer otra cosa que andar
“aventando pajaritos en el juego ese”.
No difiero de la
opinión de mi papá, de hecho estoy de acuerdo. Pero quizá el malentendido está
en un error de percepción. Mientras mi padre cree que la necesidad que se
atiende es laboral, el consumidor lo que está haciendo con su producto es
atender una necesidad de entretenimiento. Malamente, cierto; pero es lo que
sucede. Finalmente el producto ha logrado su cometido: atender una necesidad, y
vaya que los iPads particularmente lo hacen muy bien, ya que este año se estima
se venderán 60 millones de unidades.
Pero moviéndonos
a otros campos, como los de la innovación ¿A qué debe de ir orientado un
producto? ¿Cómo debe de ser orientado el diseño del mismo? ¿De dónde debemos de
partir? Bueno, la respuesta aquí es la misma y sin discusiones: un producto
debe de atender una necesidad.
Para este tema
los especialistas recurren a la llamada Priámide de Maslow, la cual describe
las necesidades de las personas y las pone en una pirámide. En la base se
encuentran las necesidades más básicas. La pirámide comprende 5 niveles y se
dice que una persona no puede aspirara a necesidades más elevadas si los
niveles más bajos no se encuentran asegurados.
A continuación un
esquemático:
La teoría de
Maslow no es la única en el ramo, de hecho existen muchas otras las cuales
profundizan sobre cuáles son las necesidades, hay quienes se extienden y crean
docenas de niveles, etcétera; pero nos gusta usar a Maslow de ejemplo por su
simplicidad, y porque para este tema viene como anillo al dedo.
Entre el esquema
de Maslow y nuestra idea de producto ahora sí podemos crear una relación de qué
es lo que queremos crear y atender. De aquí pueden surgir análisis profundos
los cuales correlacionan el consumidor final y su nivel de satisfacción.
¿Y cómo se compite en un nicho que ya está
satisfecho?
Esta es la otra opción
que se tiene en un nicho ya competido (y que por lo general será a lo que nos
tendremos que enfrentar). Si usted no puede atender una necesidad, no la cree;
mejor cree nuevas maneras de atender una necesidad. Y ahora sí, que comience la
competencia.
Si su producto es
capaz de atender una necesidad en la que existen otros productos que lo hacen,
entonces su tarea será hacer que nuestro producto destaque, y esto se podrá
hacer a través de diferentes técnicas, todas giran en torno a mejorar nuestro
producto, nuestro servicio, o finalmente hacer creer al público que este es la
mejor opción por alguna característica (hablando con la verdad siempre).
Saludos, y buen
día.
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