Los gobiernos de algunos países
autodenominados izquierdistas, se encuentran en estos momentos aplicando
políticas que atentan contra las inversiones de los países más poderosos de la
tierra.
Está muy claro que estos países no
entienden la realidad de los actos en los que incurren en el momento en que
deciden nacionalizar empresas, que le pertenecen a grupos empresariales en su
mayoría de otros países
Dado el echo de que la nacionalización se ejecuta
en el marco de la legalidad del país en donde se aprueba esta medida, las
empresas no pueden hacer nada más que quedarse con las manos cruzadas viendo
cuales son las decisiones que tomará el gobierno sobre su caso, en algunos de
ellos les pagan una miseria de dinero en comparación con los activos que poseía
la empresa.
Tratemos dos ejemplos de los últimos
tiempos:
- Ypf Argentina: La empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales, fue fundada como una empresa estatal en 1922, pero fue privatizada en el 1999, por el entonces presidente del país suramericano Hipólito Yrigoyen, la empresa fue adquirida por Repsol de capital Español.En mayo del 2012 se concretó el regreso de la empresa al estado argentino, mediante una resolución presidencial hecha por la presidenta de Argentina Cristina Fernández, aproximadamente el 50% de las acciones de la compañía pasaron a la administración estatal, lo que provocó criticas de parte de muchos países, aunque hasta ahora el gobierno español no se pronuncia sobre una posible queja ante los organismos internacionales a los que pertenecen ambos paisas.
Igual suerte han corrido las 2 empresas
filiales de Iberdrola (España), en territorio Boliviano.
Evo Morales el presidente de Bolivia, ya
conocido por su posición izquierdista y por siempre estar en contra de
cualquier vestigio de capitalismo desde hace un tiempo viene nacionalizando
empresas privadas, y expulsándolas del país andino.
¿Pero en que nos afecta a los demás países
este tipo de medidas tan radicales?
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