¿En alguna ocasión has estado en medio de una gran ciudad perdido
y buscando un restaurante pero no sabes llegar? Y en ese mismo instante
encuentras un mapa de la ciudad el cual te reconforta pues en ese momento
logras saber claramente en dónde estás y hacia dónde quieres ir.
Ese mismo sentimiento de seguridad es el que se busca otorgar
a través de la planeación financiera. Nunca es demasiado tarde para empezar a
planear tu futuro financiero, y el primer paso es responder a la pregunta
¿Dónde estoy? O quizá sea más preciso decir ¿Cómo estoy? Existen tres
componentes básicos en las finanzas personales, estos son:
Valor neto o
Patrimonio
El patrimonio de una persona se calcula como todos los
bienes que una persona posee (sin importar su liquidez) menos sus pasivos. De forma sencilla se puede
decir que los bienes es aquello que se tiene, y los pasivos es aquello que se
debe.
Los bienes pueden ser “financieros” como lo son las cuentas
bancarias o fondos de ahorro, o bien, pueden ser bienes materiales como
electrodomésticos, joyería, vehículos, casas o terrenos.
Los pasivos por su parte son aquellas cosas que debemos,
pueden ser deudas crediticias, estamos, deudas personales, préstamos pendientes
de pagar y también impuestos pendientes de pagar.
Al hacer un balance de estos dos valores se puede determinar
si una persona tiene un valor neto positivo, o un valor neto negativo. Este
valor indica si se debe más de lo que se tiene, o el caso idóneo, se tiene más
de lo que se debe.
Para auxiliarse existen muchas hojas de balance con las
cuales podemos estimar el valor de nuestro patrimonio
Flujo de dinero
El flujo de dinero es un cálculo más volátil sobre la
riqueza que tenemos. De una forma similar al patrimonio, lo que se determina es
la cantidad de dinero que se gana y se resta la cantidad de dinero que se
gasta.
Dentro de nuestros ingresos pueden estar salarios por
contrato o pagos por honorarios, también se pueden incluir cualquier ganancia
financiera que obtengamos a través de rentas o intereses a favor de cuentas de
inversión y/o ahorro.
Dentro de los gastos se pueden clasificar en distintos como
según su comportamiento:
·
Fijos. Aquellos que no varían en el tiempo.
·
Variables. Aquellos que pueden variar en el
tiempo.
·
Indispensables. Tales como alimentos, hogar, y
cualquier otro indispensable para vivir.
·
Discretos. Aquellos que se pueden considerar
como comodidades: salir a cenar, ir al cine, entre otros.
·
De una vez o recurrentes. Dependiendo la
frecuencia con la que se deben de pagar, ir al cine cuesta una vez, pagar la
renta de la casa es recurrente cada mes.
El flujo de dinero determina algo muy importante: si ganamos
más de lo que gastamos, el excedente puede comenzar a emplearse en el ahorro
para el futuro. Si no existen excedentes, es importante buscar modos de reducir
gastos y comenzar a ahorrar. Un flujo negativo de dinero es una mala señal en
nuestra salud financiera.
Fondo de emergencias
¿Estamos preparados para una emergencia? Es importante
siempre tener reservado un dinero para atender problemas que puedan sucedernos:
problemas de salud, despidos en el trabajo, o algunos incidentes menos graves
como la reparación del carro que se acaba de dañar.
Tener un fondo de emergencia es una herramienta de gran
utilidad para tiempos difíciles, es importante notar que un fondo de emergencia
debe de contar con una alta liquidez o mantenerse en efectivo para que así se
pueda recurrir a él cuándo sea necesario.
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