El resultado de adquirir un crédito prendario (empeño) depende en gran medida de la estrategia
que se emplee con el dinero que se obtiene. Los préstamos garantizados de este
tipo se otorgan bajo un contrato en el cual se da una “prenda” que funciona
como una garantía en caso de que el préstamo no sea devuelto. Los créditos prendarios pueden ser muy
atractivos y, por lo general, fáciles de tramitar, pero se debe de estar consciente
de los riesgos que existen en caso de no pagar de vuelta.
¿Qué se puede
empeñar?
Los préstamos prendarios se pueden realizar con una gran
variedad de valores, entre ellos lo más común son vehículos o bienes inmuebles,
pero hoy en día se pueden empeñar
también electrodomésticos, joyas u otros artículos que el agente
prestamista considere que tienen valor.
El monto máximo a prestar suele estar limitado en base al
valor de la “prenda”, y por lo general se suele otorgar como préstamo el 50%
del valor de aquello que hemos empeñado. Considere esto incluso antes de acudir
a la casa de empeño o la institución prestamista ya que luego se suelen llevar
malas experiencias.
¿Cómo se paga el
monto prestado?
Al momento de efectuarse el préstamos se crea un contrato en donde se especifican las
partes involucradas, el bien que se ha empeñado y el monto que se ha prestado.
Además, se especifican las fechas en las que deberá ser devuelto el monto
prestado y con qué tasa de interés se ha realizado el préstamo.
Entonces uno podrá pagar a plazos, o liquidar en su
totalidad de acuerdo a los lineamientos del contrato. Al momento de regresar
este dinero el contrato queda finalizado y el bien que se dio como garantía
queda liberado.
¿Qué pasa si no se
paga el préstamo?
El procedimiento puede variar de acuerdo a la institución
prestamista, pero por lo general se suele otorgar un periodo de gracia dentro
del cual el deudor tiene la oportunidad de liquidar la deuda, la cual se verá
incrementada debido a multas, cargos de incumplimiento o intereses moratorios.
En caso de que no se pague, la institución confiscara los bienes empeñados y
podrá hacer con ellos lo que mejor considere.
Por lo general las casas de empeño realizan ventas a “bajos
precios” sobre productos pequeños como los electrodomésticos y joyería con el
fin de recuperar el dinero prestado. Si recordamos que sólo se nos ha prestado
el 50% del valor total, es evidente que la Casa puede recuperar su dinero
fácilmente vendiendo el producto a un precio muy atractivo, digamos un 75%.
Para activos de mayor valor se pueden hacer subastas
(automóviles, maquinaria de construcción o bienes inmuebles), o son llevados a
otros tipos de mercados en donde se buscará nuevamente recuperar el dinero
perdido más una ganancia sustancial.
¿Y si no puedo pagar?
En caso de que el plazo de vencimiento esté cerca y no tenga
los recursos para pagar el empeño, usted tiene una de tres opciones.
Por un lado puede acudir a la institución y pedir una prórroga,
la cual en caso de ser otorgada será siempre mejor que entrar en un periodo de
gracia. Esta prórroga le podrá otorgar tiempo adicional bajo unos lineamientos
nuevos.
Otra opción es conseguir dinero prestado por un tercero,
liquidar el contrato, e inmediatamente después volver a renovar el empeño. Esta
técnica le permite obtener un nuevo periodo de tiempo para saldar la deuda, y
por lo general suele no generar gastos grandes. Sólo considere que lo mejor es
conseguir que un tercero le preste dinero sin intereses o costos adicionales,
es decir, obténgalo por medio de un familiar o amigo de confianza y regrese ese
dinero de forma inmediata.
Finalmente puede no pagar y dar su bien por perdido. El cuál
es el peor escenario en todo momento.
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