La crisis en Europa ha provocado que los mercados de
capitales se desplacen a otros países, principalmente naciones emergentes como
lo son Brasil y México. En el caso de México la inversión extranjera se ha
visto reflejada en una mayor demanda de instrumentos de deuda tales como los
Udibonos y los Certificados de la Tesorería. La demanda de valores del gobierno
alcanzó un monto récord de 1.1 billones de pesos.
Las tasas de cambio y el interés sobre el peso mexicano están
alentando al mercado internacional a adquirir instrumentos de deuda en pesos
mexicanos. Sin embargo esta entrada de capital puede significar riesgos al volver a la economía mexicana más suceptibles a cambios en el extranjero. Al cierre del mes pasado 100,518 millones de
pesos de deuda del gobierno se encontraban colocados en inversionistas
extranjeros, alrededor de un 29% de la deuda circulante.
La mayor participación de los inversionistas extranjeros se encuentra
en los bonos del gobierno, en donde los inversionistas extranjeros han colocado
731,892 millones de pesos. Un incremento del 3.5% en lo que va del año. Los
bonos ascienden al 43.5% de la deuda circulante de México.
El segundo
instrumento de deuda con mayor interés para los extranjeros han sido los Cetes.
Los inversionistas extranjeros poseen un
monto de 306,693 millones de pesos, lo que representa un incremento de más del
41% respecto al cierre del año pasado. Los inversionistas extranjeros poseen ya
el 42% de los Cetes en circulación.
Gracias a esta entrada de capital las proyecciones del dólar
han disminuido y se estima que por los siguientes meses la tasa de cambio será
muy estable, manteniéndose entre los 12.50 y 12.70 pesos por dólar.
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