A veces me resulta irónico cómo es que la semana pasada se aprobó una ley antimonopolios y como hace unos meses algunos de los magnates más ricos del país se peleaban por ver quién era el mayor partícipe de los monopolios en México, y es que esta situación nos concierne a todos. A veces la gente se pregunta ¿Cuál es el problema de que haya monopolios? La respuesta es sencilla: si no hay competitividad el único proveedor puede poner le precio que guste (por lo general caro) y el proveedor del servicio puede tener una calidad baja y sí no hay otro proveedor no nos quedará de otra.
Teléfonos de México (Telmex) desde principios del año había expresado su interés de entrar en el negocio de las televisoras, sin embargo en Mayo el permiso le fue negado por la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT). Carlos Slim, el directivo de Telmex denunció esta decisión como una práctica monopolística que favorecía al oligopolio de Emilio Azcárraga (director de Televisa) y Ricardo Salinas (director de TV Azteca).
Y aunque Carlos Slim haga berrinches y denuncie sobre esta postura, ya se le había advertido con anticipación: en el 2006 la SCT dictaminó que Telmex no podría entrar a al industria televisiva hasta que concediera completa conectividad con todas las redes telefónicas de la competencia.
A lo largo de este año Telmex ha continuado con las interconexiones con el firme propósito de abrirse un espacio en el negocio de las televisoras y pudiera en un futuro cercano ser evaluado y empezar a competir junto con estas dos grandes empresas. Viendo que las aguas se están moviendo considero que es un momento idóneo para replantear la calidad de los programas que se transmiten en estas cadenas (pero eso es punto y aparte y hoy no lo discutiré).
Por último queda decir que de acuerdo a información de la Cofetel existe espacio disponible para que ingresen dos televisoras digitales a las cuales se les podría garantizar una cobertura del 92 y 82 porciento.
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