
Cada año en México se pierde hasta un 12% del Producto Interno Bruto (PIB) por cuestiones de piratería y contrabando de mercancías. El punto clave es la evasión de impuestos, pues se trata de mercancías que son importadas de forma ilegal y además son comercializadas en puestos que por lo general no declaran impuestos. El resultado un gran mercado que tanto no declara impuestos como no promete garantías en sus productos.
En el 2009 se estima que la piratería generó ventas por más de 964 mil millones de pesos (mdp) lo que representaría en ese año un 7.8% del PIB. Lo más alarmante de todo es que en los últimos diez años la cantidad de material “pirata” que se vende ha aumentado 6 veces.
Las industrias más afectadas son las del entretenimiento, con la copia ilegal de películas y música se pierden al año más de 570 millones de pesos. Le siguen en la lista la distribución ilegal de software, con un valor estimado de 40,706 mdp ; y finalmente la importación ilegal de ropa, calzado y accesorios que en conjunto suman más de 300 mdp (cifras del 2009).
Lo peor en esta problemática es que se tiene información suficiente para tomar medidas, es decir, en un informe presentado a mediados del año pasado se estipulaba que el 67% de la mercancía ilegal llega a través del puerto de Manzanillo. El gobierno mexicano ha intentado atacar el problema a través del programa de “Padrón Único de Marcas de Importación en Ley Aduanera” que haría leyes de revisión más exigentes en las 49 aduana de México.
Pero como suele pasar con las leyes que más pueden ayudar, esta fue negada por el senado por solamente 2 votos más en su contra. Las razones por las que se puede justificar una negación a dicha reforma son completamente desconocidos o tal vez un intento más de abogar por los “más necesitados”.
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